Esta mujer musulmana prueba los placeres del sexo y ya no puede parar

Mi futuro esposo no es musulmán y, por supuesto, toda mi familia está preocupada y enfadada conmigo. Como todos sabemos, las reglas de los musulmanes son muy estrictas y si no las sigues puedes ser considerado como traición o una falta de respeto. La verdad es que, desde que descubrí cuánto placer me puede dar mi hombre con su polla, no me importan en absoluto las reglas de mi cultura. Me gusta que se incline hacia atrás y meta su polla profundamente en mi culo. A él le gusta que me ponga el hiyab porque hace calor, así que hago lo que me pide. Me encanta que me abofetee y me agarre del cuello mientras me penetra salvajemente. Honestamente, no podía dejar de follar como una puta ahora que sé lo que es un buen orgasmo y un buen polvo.

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